¿Aun así? {#}Josh Hutcherson.

Cerró el libro que estaba leyendo y lo depositó en su pecho, mientras sus ojos chocolate se posaban en el techo de su habitación. Un suspiró escapó por su nariz, mientras meditaba sobre cosas sin sentido; últimamente había tenido demasiado tiempo libre y, para una persona como él, eso era en cierta forma desconcertante. Le gustaba mantenerse ocupado y así no pensar en banalidades o temas sin sentido, además de que necesitaba sentir que su tiempo valía y era empleado en algo productivo. Sin embargo, contradictorio a eso, no deseaba ir de ninguna manera al gimnasio, por lo que descartó esa idea de inmediato, no tenía ánimos para eso. Rodó en su cama quedando apoyada en su lado derecho del cuerpo, su mirada se perdió en el cielo azul, el cual acogía a un Sol radiante y brillante, completamente bueno para salir un rato por allí, o hacer algo al aire libre.

Como si de un rayo se tratase, se levantó de un respingo de su cama y se fue directo al baño, dispuesto a darse una buena ducha de agua caliente para relajar sus músculos adormecidos. Cerró los ojos cuando el agua chocó contra la superficie fría de su cuerpo y se permitió sentir como los músculos de su cuerpo se iban relajando uno a uno, liberando cualquier posible tensión que pudiese tener, aunque él no sentía ninguna. Pasados unos minutos, se encontraba en su habitación con una toalla blanca amarrada a su cintura que cubría solo lo necesario; elevó una ceja y sacó las primeras prendas que encontró y las colocó encima de la cama. No tardó ni veinte minutos en estar vestido y arreglado, su cabello no colaboró esta vez, estaba igual de indomable que siempre.

Las llaves de su auto descansaban en la mesa de noche, las tomó y salió de la habitación sin decirle a nadie, sus padres no estaban, y su hermano estaba de viaje grabando una película, estaba completamente solo. El carro arrancó sin problemas y sin emitir un mísero sonido, muchas veces necesitaba encender la radio para verificar que estaba encendido, ese auto era demás de silencioso. Tal cual y como supuso, las calles estaban abarrotadas de gente, todos habían salido especialmente esa día soleado a divertirse un rato. Bufó molesto se limitó a esperar que la tranca se descongestionase un poco. Le tomó más de lo necesario llegar a su destino, pero sabía que eso valdría la pena.