Un poco de comida rápida no hace mal a nadie {Joe}

Era de noche y no podía dormir. La mansión estaba en un completo silencio, algo bastante raro. Tenía hambre y se revolvía en la cama tratando de buscar sueño, pero nada. Ni un poquito. Se levantó y salió de su habitación silenciosamente en dirección a la cocina. Abrió la nevera esperanzada de que hubiera algo de comer y cuando ya faltaba poco por ver el interior, suspiró resignada. No había nada. Tenían que hacer mercado pronto. Se quedó un momento pensando en algún lugar que estuviera abierto las 24 horas del día ya que no era muy temprano. Pensó en McDonald, siempre funcionaba y aunque no la llenaría mucho, por lo menos la haría aguantar hasta el desayuno.

Subió a su habitación y se cambio mientras pensaba en despertar a Leighton llamándola para invitarla a ir con ella, pero seguro la mataría. El sueño era sagrado. Tomó su cartera y salió buscando por la sala de la mansión, las llaves de su carro. Salió de la casa casi en puntillas y se montó rápidamente en el auto. No quería despertar a nadie así que se fue lo más rápido posible.

Cuando llegó a McDonald, el solo olor de comida casi la hizo desmayarse y así lo hubiese hecho, si no hubiera sido por toda la hambre que tenía pidiéndole a gritos comida. Entró casi corriendo al local y observó la poca cola que había, así que la hizo rápidamente. Cuando tuvo su comida, buscó una mesa con la mirada y encontró una cerca de la ventana, así que fue hasta allá y se preparó para comer.

No notó la presencia de Joe hasta que este grito. Estaba muy concentrada comiendo y tratando de calmar su hambre. Rió con su comentario-Pues no, no puedo dormir. ¿Y tú?, ¿Que haces aquí?-preguntó mientras se cambiaba a la mesa donde él estaba comiendo. No lo había visto en unos cuantos días a pesar de que vivían en la misma casa. El trabajo de ambos había sido tan pesado que no había podido verlo, o por lo menos el de ella.

-¿Como has estado?-preguntó sonriendo con dulzura. Era increíble la forma en la que podía cambiar cuando alguien le atraía. Normalmente haría muchas más bromas o reiría más, pero en esos momentos se sentía intimidada y ¡Hasta nerviosa!, ¿Cuando Blake Lively se ponía nerviosa?. No lo sabía, tal vez en esos momentos. Tomó una probada de su ensalada y alzó la mirada a Joe-¿No estabas en la mansión?-preguntó curiosa. Podía haber jurado que todos estaban en la casa cuando había salido o tal vez por el hambre no había notado que faltaba un carro. No sería raro que no se hubiese fijado, la verdad nunca lo hacía.

-Sabes que no me gusta ese club de no dormir. Yo quiero dormir-dijo haciendo un tierno puchero jugando con su ensalada, para luego tomar otro bocado.